¿Volverán mis musas a surcar mi sienes? cargadas de huecos vecios que suelen convertirse en lagunas mentales; llenas de aquellos momentos en que mi mente empieza a desmembrarse por enfermedad.
Momentos que antes solian satisfacerme,
el mínimo común un pasado emprendido
empieza a gasgos fragmentarse y desaperecer;
mis algrías no se pierden, pero desconozco a veces quien soy, volviéndose un extraño
en el camino suelo deviarme o perderme...
Orientación autopsiquíca y alopsiquíca se van,
no sé por donde comenzar y donde terminar;
Mi cabeza es todo un ras!, perpleja y voraz.
Cada día un nuevo y aturdido circuito paraje,
ya que cada día cargo menos equipaje;
Me pregunto ¿ Qué me estará pasando?
¿Porqué mi vida, se va caducando? en tanto,
Mis miembros poco a poco se van atrofiando.
Entro en caos profundo de confusión, no sé que pasa, todo en mi alrededor es desconocido;
Si no fuera por los que tengo cerca no regreso
a mi casa, tomar algún bus o alimentarme.
Grito en mi desesperación ¡Señor, ayúdame!
¿Qué hagó? Y mi fe que estaba o no firme
se empieza a derumbar entre la incertidumbre
que me ahoga y desconcierta a la perdida
Cómo duele esto, saber que mañana,
quedaran en escasos mis recuerdos
Y si voy donde el doctor, mi diagnótico
Será certero a perder las esparanzas de vida.
Vivir y seguir con optimismo... aunque el día
de mañana no tenga ya mi mente recuerdos;
cada instante antes de que sólo mi cuerpo
se quede respirando hay que vivirlo al máximo
como vela hemos venido a dar luz o sombra.
Mi destino no lo he fijado... las marcas
del camino, hay que dejarlas a un lado
si quiero y puedo vivir mis últimos días,
no los he de vivir como ser martirizado.