lluna lluerna

El verbo esperar

 

 

 

 

Ayer cabe confesar que contigo conjugué  el verbo esperar

Ese que la vida me enseño a tachar sin piedad

Cuando en la cuenta caí que no me dejaba avanzar

 

 

Fue en el diario personal donde mostró su fuerza y poderosa presencia

No hay página en la cual no aparezca el verbo de la pasividad eterna

La fuerza en él se concentra y todo lo que a partir de él se enumera queda postergado a la espera.

Fue en ese mismo lugar donde subrayé las páginas de la evidencia

 

 

Hace años de este gran hallazgo que cambio la naturaleza

Aunque todavía guardo alguna reminiscencia

Como esta que mi alma hoy revela

Que ayer conjugué contigo la espera

 

Mas como siempre lo tengo presente consciente soy cuando él acude a mi mente

Y me repito insistentemente que no hay que esperar que el tiempo vuela

Que las cosas desde la pasividad no vienen aún y creyente del destino que eres

Porque no hay mejor filosofía que no esperar a que amanezca el nuevo día ese que no llegará algún día de tu vida

 

Mas así son las cosas  de la vida un día la primavera resurge con fuerza y el sol la ilumina

Otros es la lluvia quien se apodera del alma dormida

 

Despierta niña despierta que la luz en ti anida y el alma no perderá su fragancia si con fuerza tú la cuidas

No esperes más cuidados que esos que tu misma te brindas

Piensa que la rosa que espero de cuidados y mimos

De pena se marchitó y perdió su fragancia en el olvido.