benchy43

DICEN QUE AHORA ES PRIMAVERA.

 

Por aquí pasó, no hace mucho,

un viejo y nuevo  invierno, dicen.

Dicen que todavía vuelan las hojas resecas

como versos desdeñados.

Dicen que ayer nomás, se podía caminar

por sobre la melancolía,

dejarse llevar por la tristeza de la tarde,

impregnarse el alma de niebla y de silencio.

Dicen que se podía respirar nostalgias

que traía la llovizna,

como aquella muchacha de ojos marchitos

a la que se ha visto sentada en ese banco (ya vacío),

con un libro abierto que ni siquiera habrá leído.

Dicen que se podía extrañar el sol.

Hasta el trino parecía una doliente melodía, dicen,

salida de las ramas despobladas. El pájaro no estaba.

Se podía extrañar un amor ido, ir sacudiendo plantas

para sacarles las lágrimas ocultas y morderse los labios,

para, simple y disimuladamente,  tragarse las propias.

Dicen también que ahora todo eso ha cambiado.

Que ahora es primavera.

Adiós melancolía, adiós nostálgicas neblinas,

adiós lloviznas con sabor a llanto,

matizadas de un tristísimo gris,

un gris de muerte. Eso dicen.

Que es el tiempo de los trinos estridentes,

el tiempo en que renace la flor y los amores

y  en las vidrieras se exponen las sonrisas

de juglares y princesas escapados de los cuentos.

Dicen que ahora es primavera.

Y uno se va convenciendo, y poco a poco sacude la modorra,

y emerge como un oso que acaba de hibernar,

se topa con una dulce mirada, una rosa, un jilguero,

un niño y su risita y entonces vuelve y escribe.

No se ha olvidado que es poeta, o algo parecido.

Escribe y sueña.

Duerme, sueña y vuelve a escribir.

Mañana, cuando amanezca, el duraznero tendrá flores

rosadas y –no lo dudo- también le habrán brotado

blanquísimos poemas.

Mañana cuando amanezca seguirá  pensando en ella.

Ahora es primavera y su nombre suena bello

(más bello cada día).

 

Derechos reservados por Ruben Maldonado.

 

(Imagen de la web: San Martín de los Andes, Neuquén, Patagonia Argentina)