Jesús Oscar Ugalde

Lluvia en la tarde

Tomados de la mano: pláticas y risas,

una rosa roja en compañía;

conocimos un poco de nuestras historias,

de los tiempos venideros;

el ruido de la población en sus deberes,

ajenos a lo que pasaba entre nosotros.

 

Una acera decorada con nuestros pasos,

entre el fragor aún oíamos el idioma

de aquella vereda antaño florida,

cuántas cosas nos contó aquella tarde.

 

Y la lluvia acudió como un comparsa;

como testigo silente;

sus gotas celebraban los instantes,

de cuando en cuando

encendidos por nuestro febril beso.

 

Nuestros cuerpos fundidos sin mesura,

agua salada de tus ojos,

el llanto de alegría por nuestro secreto:

nos cautiva

el secreto que guarda la lluvia en la tarde