Con el canto
del guardabarranco
ojos de fuego.
Sueño con la casona, 
largos corredores,
tejas que esconden orquídeas,
grama y lama que crecen
desmesuradas.
Sueños verdes,
es un mustio atardecer, 
óleo en el lunar de mi espalda.
No dormiré hasta asomarme
por el ventanal 
y al apagar los farolitos
que nos apañan, 
esconderé tus notas, 
en un salbeque de lona. 
Y al llegar al gran cañón
de Somoto,
esparciré tu melodía
por el caudal del río.
Magda bello
Memorias dispersas