El cuadro pleno adeuda señales
hechas en fino claro de pensamiento,
un dibujo mental, una dulce grieta,
delicada oleada con tu silueta
nacida de ondas de viento cordiales,
raída de un célebre balcón solitario.
Es una catársis de espera,
mezcla de incienso fino
y colores vacíos.
La noche nunca extraña sola,
en plegaria de estancia,
en abrazo sencillo,
en un beso entregado por el aire
sin un chasquido, pero sí querido.
Ostentas tú, estrella fiel,
plateado de luna vestida,
remembranza forjada
en un abrigo de espíritu,
emanado del aliento de tierra
que atestigua cercano tu paso.
la caricia mensajera de tus manos
es una firma de tacto sin borra;
naces a diario de las hojas del árbol,
de su canto al bailar con el viento,
naces a diario entre mi mano y la tela
y las letras que te describen, hallandote.
así eres, estás y te veo, te siento
y así mismo también te quiero,
a través de cuadros de plano fijo,
a través del árbol, del cielo,
del abrigo de piel que es tu mano,
del balcón donde te veo en visita
constante de la noche,
cuando en su visita, hechos uno,
eres extrañada entre soplo y tiempo,
escapando en hálitos una lágrima,
tintada de pulcro silencio.
Martin Blythe
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ho bisogno di te... mia regina delle porto