walter rafael aguero gomez

Un encuentro, en cualquier espacio.

Las paredes

observaban silenciosas

nuestro encuentro;

tras las ventanas

todo se detuvo.

La oscuridad

nos abrazó suavemente,

sensualmente.

El nuevo día

no podía sorprendernos.

Necesitábamos

desplazar en el tiempo

los instantes de felicidad.

Sé,

que llegaste como la brisa,

de ese lugar

donde se inició todo.

Allí,

donde reina el amor,

donde se decidió

que te quedes

hasta el final de mis días.

Tú,

eres como el sol,

desvelas la oscuridad

que rodea mi vida;

dejándome descubrir

el amor,

la alegría,

la felicidad,

que se esconde

en mi realidad.

Necesitamos reencontrarnos

con la esencia de nuestra relación;

para abrazarnos a la existencia...