Diaz Valero Alejandro José

Sin despedida

 

Una noche de invierno

de fuerte brisa

un moribundo enfermo

agoniza.

La muerte cruel

lo visita

quiere irse con él

a toda prisa

junto al blanco satén

y sus enigmas.

El hombre aquel

suplica

y pide a más no poder

casi de rodillas

que detengan esta vez

las manecillas

del reloj de pared

que triste oscila.

Solo pide ver

a la mujer linda

que lo supo querer

sin malicias,

su esposa fiel,

reina de su familia         

para tocar su piel,

llenarla de caricias,

besarla también

para despedirla.

Darle mucha fe

para no herirla,

y mirar sus ojos café

aunque no brillan

porque lloran con él

lágrimas vivas,

solo eso necesita

para fallecer,

ya su pecho se agita

y comienza a palidecer

y no llega la mujer

que está dormida.

Nada se puede hacer

la muerte obliga

y el hombre aquel

sin despedida

con la muerte se fue

dejando heridas,

preguntas a granel

no respondidas

y caminos por recorrer,

así es la vida.

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Autor: Alejandro J. Díaz Valero

Maracaibo, Venezuela.