Cristian Jovani

LOS HIJOS DE DIOS EN LA TIERRA

Siento como ahogarse mi espíritu,
reventarse en el silencio mi alma.
No me es posible frenar el ruido arrullador
de los graves minutos del reloj,
no deja de oscurecerse cada vez más
el rostro de mi rosa dorada.
Veo desangrar cada uno de mis sentidos
y las pestañas de la noche con capricho
me hieren la juventud;
me elevan muy alto, que me enredo en los hilos del aire.
¡Ay no! ¡Ay no!
Apresado, incapaz de moverme
encima de paisajes extraviados de bermejos caminos.
Pero de pronto…
ya fatigado, sin gozo, sucumbido;
me toman las manos de un leve día,
que me muestran desde una cumbre
la sal del mundo:
\"Son los hijos de Dios en la tierra\".