Walberto Díaz

Sombra descalza al otro lado de la cerca

Te encontré,

asustado y abandonado.

Estabas incompleto,

te faltaban las palabras.

Viviste toda una vida,

en tan solo nueve mil respiros.

Tan frágil y solo. 

Tú, fruto  lleno de arrugas

conociste  la soledad

en un  recipiente de desechos.

Es hora de dormir niño

eternamente

bajo el manto celestial.

 

Walberto Díaz

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