Raiza N. Jiménez E.

Quizás te quiera.-

Cuando la ausencia me lleva a no tenerte, a no poder

contemplar tus lindos ojos, a no libar de tus labios el

néctar que da la vida, muero a momentos y vuelvo a

 vivir para soñar que estoy contigo.

Mi suplicas son mayores y no hay descanso en la espera,

ruego a cada respiro, quiero conocer un poco de la verdad.

 

Las angustia se acrecientan cuando debo ver

 las señales de tu posible llegada…

La soltura de mi cuerpo para amarte me llena

de estupor y sorpresa y no hago más que

 preguntarme: Cómo he podido olvidarme de

mi para recordarte a ti?

 

Triste condena la de los mortales enamorados 

que sin trono ni corona aspiran el paraíso.

Yerto cáliz el mío que se llena de lágrimas y no

del amor correspondido, ese que nos señala el mismo

cielo que tantas veces he perseguido buscándote

amor mío , buscándote.

 

No hay pruebas que me indiquen que el amor es

 celestial o que ha sido ungido como sentimiento

de los dioses. Sólo las intrigas de mi mente, ilustrada

por las tristes historias ya contadas, me recuerdan

haber escuchado acerca de los milagros del amor.

 

Te dibujo, te miro con los ojos cerrado y, voy tocando

las mudas cuerdas de mi guitarra, con la esperanza de

escuchar tus cantos y poemas, pero todo es en vano,

solamente, el silencio se posesiona de todo y muero.

 

¡Qué puedo sentir si llegas sin anunciarte, quizás tenga

que llorar de felicidad sin tener lágrimas vivas, quizás,

quizás llegue a quererte, ahora mucho más, quizás.!

 

Raiza N. Jiménez/ 10/09/2016

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