noelia_

Marchita y sola.

Él la penetraba con una mezcla de rabia

y desesperación.

Ella intentaba no pensar, 

no recordar todas las manos que antes

habían acariciado su sexo

ni todas las veces que un hombre se había

refugiado en su pecho

sin pensar siquiera si ella podía ser hogar.

Porque no importaba.

Todos aquellos hombres la llenaban, 

pero ella era vacío

y soñaba verse lejana e intangible.

En cada embestida la vida huía de sus manos.

Y luego otra vida se inquietaba en sus entrañas,

hasta que la sangre recorría sus muslos

y respiraba. Marchita y sola.