Poeta sin alma

Decir adiós

Al decir adiós cuando se ama todavía
el alma ya sin fuerza se despide, 
sin gota de fe que en ella anide
cansada, se vuelve sombra en agonía. 

Muchos perdones y tan poca alegría 
caricia inútil que ya no coincide
plegaria a Dios para que no olvide
que no se puede vivir en melancolía. 

Los labios se quiebran y no cicatrizan
las manos secas ya no calientan
y en soledad a diario se martirizan.

Las palabras a los oídos ya no alimentan
canciones las tristezas ahora armonizan
y estos brazos sin ti no escarmientan.