Lucy Quaglia

Paz

La paz siempre

Anhelada y doliente

Que trajina por el mundo,

El cielo, una esquina,

Una loma, el rocío,

El acostarse sano,

El levantarse rico.

Cada mañana

Sin nada, ni ojos,

Ni pelo, ni cara,

Ni manos, ni nada.

Solo la paz 

En el alma,

La alegría sola

Y bonita

De la primavera

Escondida en el brote,

De alguna ramita

Que tiene las flores,

Las hojas, la sombra,

Los nidos,

Todos separados,

Distintos y juntos

En trance al olvido

Que ya ni me sueño,

Dentro del ombligo

De alguna naranja

Que huele a azahares

De guitarra y luna.

Muelles sin el lago,

Estrellas de lata,

Y el peso sublime

Del amor querido,

Ansioso y ansiado

Que viene a mis manos

Y pega despacio

Contra mi persona

Con la paz bendita

De los anhelantes.

Senderos cortados

De casa y de guita,

Mientras que suspiro

Por un rinconcito,

Mío, todo mío,

Donde me acurruque

Sin la ceremonia

De la vida activa,

En cada mañana

Y en la tardecita,

Escuchando lejos

La voz de una amiga

Que enseña a los chicos

Sin pausa y sin prisa

Mientras que una oreja

Prestando atención a

Lo que pasa afuera,

Siente la corrida

De miles de autos

Que van y que vienen

En la ruta brava

Donde está la casa.

Te mando mil besos

De  paz y de sueño

Que viven cantando

Dentro de mi pecho.