Adrian Labansat

SUPERMERCADOS

 

Entro a los supermercados a buscar bálsamos para la felicidad

el encargado declaró que estaban agotados, que volviera la próxima semana,

he regresado con crecidas lágrimas como tumores

para escuchar las mismas frases,

 

venga la próxima semana

venga la próxima semana

venga la próxima semana

venga la próxima semana

 

el último día del mes enfermo le proclame que el alma se me cae a pedazos,

horrorizado destapo ungüentos, píldoras, jarabes,  

he comprado toda clase de remedios y televisores

todos hallados  en la sección de la nada,

heridas expuestas en los pasillos donde miro bizcochos,

un congreso de latas, libros, conservas, embutidos, relojes, vestidos

aplauden mi aparición para ser comprados en ese golfo de vacíos

cercano a horizontes de ángeles de alas cortadas, 

hojeo revistas para olvidar la vida

donde se escribe que la ansiedad está de moda

y el desamparo habita  castillos y palacios de hierro

donde ha quedado presa la libertad de los hombres.

 

Deletreo mi nombre en vestidores,

desvistiendo la tristeza de esta humanidad enloquecida

compro vestuarios para ser otro hombre

para cubrir esta alma dislocada por el desnudo frío de la desolación

 

 

compro historias, creencias ,sueños y noticias

para remojarlos en el té de los delirios,

beber hasta ahogar la tristeza  

 

compro inconsciencia que encierre este caudal de lagrimas

que contengan esta locura que me crece por todas partes

racimo de gritos pidiendo ayuda en la sección de verduras

este atropellarse unos con otros para saberse más solo.

 

La dictadura comercial  guiña su ojo,

el gran hermano nos vigila

me consume las piernas hasta paralizar la verdad

me besa con mentiras manchando el alma  con su labial

abre sus piernas para incitarme, 

destapa una sangría de amor.

 

Como hot dogs,

tras las vitrinas de la panadería  dos perros calientes están mordiéndose para amarse

aún llevo las heridas de cuando te fuiste

el San Antonio está de cabeza

le he degollado esta tarde  por no cumplir sus promesas

toco el sexo de Dios para saber que te has marchado

ha dejado una  nota de partida con la cajera

todo ha quedado agotado y agotada la existencia.

 

He besado el bullicio en todos los mercados

he amado el amor ofertado

he esculpido voces desesperadas en el  silencio y el conformismo.

 

He entrado a los supermercados como a cementerios.