ocastro23

ME HACES FALTA

 

Me hace falta las noches

en que hacíamos el amor,

beber de tu pecho el manantial

que brota lentamente de tu cuerpo.

 

Me hace falta sentirte al despertar,

tu piel ligeramente tibia envuelta

en las blancas y suaves sábanas

entrelazándose con mis manos.

 

Extraño tus caricias en mi pecho

ayudándome a escapar del encierro

en que me encuentro en este instante

ya que libera mi corazón de la soledad.

 

Aún no olvido tu cuerpo sobre el mío

mis manos atadas a lado y lado de la tierra

por hilos invisibles que surcaron

mi interior en un soplo de eterno amor.

Con gran tristeza anhelo

susurrarte palabras al oído

deslizar mi boca por tu cuello   

sobrepasando los límites del amor.

 

En la ducha el agua caía

y se deslizaba gota a gota

por tu ser, sensual espejismo,

eres el deseo encarnado en mujer.

 

Una enorme atracción unió tu piel a la mía,

éramos dos magnetos que se estrellan

el uno al otro sin cesar. Existe una

gran dependencia de mi hacia ella.

 

La necesidad de sentirnos amados

se apoderó inevitablemente de nosotros,

entre la pasión y el deseo se fue

consumando “para siempre” nuestro amor.

 

El sudor de mi piel se fue mezclando

con el embriagante aroma de tu pecho

y de tu boca salió un gemido

que rompió totalmente con el silencio.

 

No podía pronunciar palabra alguna…

Minuto a minuto esa mujer se apoderaba

ligeramente de mi esencia y solo

me limite a disfrutar de ese momento.

 

Tus piernas entrelazadas en las mías

jugueteaban con gracia en el lecho,

ese lecho cubierto por suaves pétalos de rosa

que con su perfume impregnaban nuestras almas.

 

Mis dedos se enredaban entre tu cabello

que cual finos hilos de oro se extendían

a lo largo de la almohada, y cuando

fuiste mía mi corazón se salió de mi pecho.

 

Afuera, en el exterior el día transcurría sin parar

pero para los dos ese momento no tenía fin,

éramos dos seres de la naturaleza dejándonos

llevar por el instinto y amándonos nada más.

 

Fui abriendo la puerta de tu corazón

y como un rayo lo atravesé dejando en un rincón 

mi imagen allí retratada para que ni los años,

y ni otros hombres te hagan olvidar de mí.

 

Decir lo que sentía era inexplicable,

tu cariño abrigaba mi interior

y llegué a sentirme amado

como jamás lo pude haber sentido.

 

Tu amor me empujó a descubrir

lo infinito de tu cuerpo.

A embriagarme con el sabor de tus besos

porque al tocarte creí que era un sueño.

 

Un sueño del cual no quiero despertar

quería retenerte en una caja de cristal

para que yo solo pudiera verte

y ni el viento se atreviera a tocarte.

 

Es imposible escapar de tu recuerdo,

todavía siento tu aliento en mi rostro.

Tu pecho se posó sobre mí

como la lluvia cubre un atardecer.

 

Ansioso sigo aquí esperando

que tu figura se asome en el camino

para que esta tierra vuelva a besar tus pies

y este corazón destrozado tenga una ilusión.

 

Despacio enciendo la luz de mi cuarto

un destello inimaginable cruza por mi cara

es el brillo de tus ojos encerrado

en la profunda oscuridad de mi mente.

 

Tu frágil caminar se escucha

aún en los pasillos, cual golpear

de las alas en la blanca

arena que se extiende por la playa.

 

Permaneces todavía dentro de mi piel,

eres fuego eterno que no se extingue,

tu silueta se pasea de un lado a otro

y te vas desvaneciendo sin decir adiós.

 

Yo siempre te tendré presente hasta mi muerte

porque con tu ida te llevaste parte de mi alma

volaste de aquí como un hermoso pétalo

que ha dejado desnuda una parte de esa flor.

 

Al irte de mi lado se nubló

totalmente la esperanza de vivir,

sentí que el cielo se destrozaba

a pedazos con tu partida.

 

No puedo entender que te alejo

de mí. Estoy sumido en la desesperación

creó que nunca podré volver amar

tanto como te llegué amar a ti.

 

Inerte ha quedado mi corazón,

su latir se ha desvanecido poco a poco

el tiempo se ha encargado de acabar

con cualquier signo de vida.

 

A donde fue a parar los sueños

construidos por el amor que nos teníamos,

en qué lugar se encuentra ahora

los besos que cubrieron nuestros cuerpos.

 

No me sirven las palabras para consolar

esta tristeza que embarga mi ser

porque son palomas que se las lleva

el viento en su ir y venir diario.

 

Ahora que no te tengo, recorre

a mi alrededor una inmensa soledad

que quiere acabar conmigo

destruyendo cada ilusión que nace mí.

 

Amarte en la forma que lo hice

es olvidarse de todo sin mirar atrás,

despojándome de todo sin miedo

a fracasar en mi intento de quererte.