Noches de entrega ardiente son las que vivo en mi soledad, como cuando el rio busca al mar con la profunda alegría de no desprenderse jamás .
Son placeres los que siento al imaginarte y sentirte tan cerca de mí , que por momentos desaparecen mis manos y son las tuyas quienes recorren mi alma, sin dejarme recordar en el tiempo en el que estamos.
Vaya alegría y agitación es la que mi corazón siente, cuando sabe que nunca ha sido una entrega en vano.
fuiste tú quien me enseño a conocer cada estación de mi templo, que en ocasiones sola me toca viajar y ya no siento miedo , que grande ha sido nuestra unión y amor, que por momentos aparecen lágrimas cristalinas que recorren mi rostro de felicidad y de placer al saber que una entrega de amor puede ser concebida desde una larga distancia física pero jamás espirituales.
hoy te agradezco tanto calor de amor y ternura, pero sobre todo cada noche, de conexión que en mi vida has visitado sin necesitar una gentil invitación.
LA PROFUNDA UNION DE LAS ALAS DEL ALMA AL POSAR EN EL TEMPLO DE AMOR