Alejandro

Sin poema

Preguntando a la duda

se burla la ironía,

no se puede caer más bajo

ni pretendiendo ser fantasía.


Ser un poeta sin poema

ya es una dura tarea,

un camino inexplorado

en que la valentía

se debate con cada palabra,

con los versos que huyen,

con los prejuicios entintados,

con la falsa sonrisa

de un verso enamorado.


Vivir una vida sin vida,

-incoherencia, pesadilla-

una razón injustificable,

jugar en tierra de nadie,

disparar a la sombra de un sonido

inerte en el eco de un alud.


Guardar la cabeza en el bolsillo

y esconder la mirada de todo,

no será un acto digno,

pero eso que importa en una mente subversiva

en la que una botella de whisky

ofrece la mejor salida?


Ser poeta sin poema,

sin vida, sin cabeza,

con más necesidad de calma

que inspiración,

con el alma alerta,

siempre cerrando las puertas,

parece arduo y cansado,

pero si no se busca recompensa

puede tener significado.