Caramelo de Ricina

Taumaturgia

Sentada sobre vos
estoy;
mi garganta danza debajo de tus uñas,
mis piernas se abren
como las puertas de la criminalidad,
como el suelo del edén.
¡Qué cándida es la rendición!

 

Quiero que inundes las ruinas de este paraíso,
que escandalices el Olimpo,
que expongas la mediocridad de los dioses
y,
luego,
me mezas.

 

La obscenidad deshaciendo tus costuras,
quebrándote los rieles,
haciéndonos fiebre,
desdibujando siluetas,
somete al arte.