Santiago Miranda

El hogar de la vivienda  

¿Dónde habita la misma casa?

¿En cuál de todas ellas pernocta perfecta?

¿Es este insomne fuego que perdura

Tras del umbral vuestra partida?

Érase, un hogar que vivía

Dentro de su palacio ajustado

Un hogar donde habita su propio destello

Revolviendo los objetos cada cierto tiempo

Danzan libertarios, tu delirio abigarrado

Donde cada pasillo es su propio pasillo

a lugar donde el tiempo ha muerto

cubiertos por granadas cortinas

no develes, la última debilidad del tesoro

secreto, está frágil verdad solo es aire

Materializándose en blancos ladrillos

Y columnas empinadas al cielo, robles son

Sus miembros, fuentes de agua para aves

Y cuadros, de recuerdos el presente se hace

Presente, inmiscuido tras los espacios en

La madera de los marcos, en el polvo de la losa

Una bruma emerge del agua que atenta

Hierve, a las externas condiciones

No necesitas ser desvelada tras los soles

No requieres la visita del extraño que corroe

Aquí no hay insectos y el sol fue excluido

Por mirar tu carne nupcial de madre y el polvo

Pegado a tus cáscaras, arrugas tras la sábana

El hierro y los cubiertos, bajo la falda al mismo tiempo

Ahora cadáver, retienes detenido, aquí la noche fue solo un mal

Sueño: en este hogar que irradia luz propia, cercana al corazón

Arde sin lograr quemarse con sus libros y nuestros ropajes

Este hogar no muere tras tierra inundada y hundida

Tras la propia muerte confundida que huye lejos al monte