Samuel Santana

Espera

Tú,
destino,
amenazas con llevarme
como zarabanda
hacia un portal desconocido.
Ya las lágrimas se apartaron de
mi desconsuelo.
En la penumbra de mi soledad,
Imperceptible como el
canto de las mariposas,
escuché el silencio
de una lira bajo
un sauce deshojado.
Que corran las piedras por las
ondas ocultas del viento
pero ven.
Ven a mi hora de ensueño,
al tiempo de aprisionar
relámpagos en el pecho.
Ven con los ojos que
he palpado
y que desde
siempre conozco.