.Luz del alba.

El otoño de tus ojos

Cuando te vi por primera vez,

supe que en aquellos espejos

de cálido septiembre

vería dormir eternamente

las hojas de los árboles

de mi alma.

Eran aquellos cristales translúcidos

de fulgor inefable

los que brillaban como

el rastro incandescente de una

estrella

en el cielo de mis sueños,

aquellos reflejos de otoño

amanecer y ocaso de mi pensar,

en los que tocaba la nostalgia

de un piano

enternecido

por la dulzura de tu mirar,

tu mirar de dulce recuerdo.

Y en mis versos callé siempre

que el color de mi poesía

eran tus ojos,

y que la inspiración

que nunca le faltó a mis letras

era simplemente pensarte,

pensarte como lo indecible,

lo prohibido,

pensarte y amarte

como nunca antes

se había escrito.

Pero ahora sólo encuentro

en ti

esta soledad que me llama

desde lejos,

la misma que me sigue

y me culpa

por entregarte mi silencio

en lugar de esta nota,

aquella que me vio nacer

en tus ojos

y yacer en tu memoria.