Caramelo de Ricina

Venus (parte I)

Dejé de leer poesía porque te columpiabas en cada verso
y
la curva melódica
se inundaba
de insolencia.

Dejé de tocarme
porque
solo
sabía
hacerlo
con tus manos,

porque
solo
me
encontraba
en tu cartografía.

Suena tu canción favorita:
el bullicio de la ciudad.
La juventud burbujeante nos hace cosquillas,
el futuro te sube la falda
y
mis caricias
te esfuman.