Hiems Aeternam

Jesucristo redentor

Yo me acuerdo de la pasión,

de la hechura de nudos

en sus pies desnudos, de la

conformación de los mundos,

de la piedra dura y el pan

sin levadura, de la leche

bajando su rostro y como,

ahora con vida, agitaba

el dorso y volaba el harina...

La gracia divina huía de mi

lado y, sin embargo, resaltaba

con su propia magia -o arte- la

pasión de una víctima de la

misma fiebre o locura; formadas

con un grano de arroz, en la

punta de una aguja: esculturas;

el magnífico acabado de los

dedos de judas en la traición

de su propio maestro hacedor:

Jesucristo redentor en un grano

de arroz.