Norberto p.p.

Carta a Mayte

En el crepúsculo de esta tarde, es cuando el sol se ha ocultado y mis ojos miran la luz de estampida. Mis oídos dicen es eufónica y mi mente la abraza cada vez de vez en vez:

Es el pensamiento que desborda mi sentir y erige los celos dignos de mi amor. En mi mente está la causa y el efecto que produces en mi persona, es por eso que a cada momento pienso en ti; en cada palabra y en cada acto hay un lazo de amor que une nuestros sentimientos, formando parte el uno del otro como los labios que se unen en un beso sincero.

Aparto cada día un espacio propio para ti, no ocupado por las cosas exteriores; escucho tu voz en el silencio de cada noche y la luna se asemeja a mi conciencia porque sabe lo que siento. Te respondo con el canto de estas palabras: tú eres lo que yo busco cada mañana al despertar, lo que extraño el resto del día, lo que amo, enérgicamente como la luz del planeta.

Quiero que este numen sea para ti, no sólo como un complemento sino también una prueba de lo mucho que me has inspirado, desde lo más cercano hasta el horizonte donde todo el amor se pasea y en una cavidad constante guarda nuestros cuerpos.

Haz presente que el mundo gira a nuestros pies y lo que la vida nos permita es porque lo hemos elegido antes. Este es el mundo en que vivimos tú y yo; el mundo de los enamorados y en el que estaremos juntos si tú lo quieres; que yo siempre estaré contigo aunque tú estés sin mí.