Ya no me sale escribirte en cursiva
te traigo y la tinta se corre
se corta
el poema no acaba
se desangra
el papel se reseca
se quiebra
solo sé agarrarte por el filo
cuando me mira tu espalda
las palabras ya no sueñan
mi amor
te pesadillan
observan fijamente al tiempo descascarado
están enamoradas de sus agujas
que rezan que
mientras me matás
te resucito
que juran que
mientras te abrigo
me destejés