Ícaro que vuelas en alas de tu emoción, la vida es sol ardiente e infernal, cuida siempre de tus alas …no vayas a perecer a merced de un calor innecesario.
La vida es un mar furibundo, cuídate de rozarlo… que no logre hundirte con el peso de su sal.
Ícaro de letras impasibles, vas tejiendolas como alas para huir de esta mundana cárcel.
Terrenal olor tenemos todos y nos espanta las entrañas del mundo, la fosa donde aglutinados quedaremos sin hazañas, sin glorias, sin mitos… solo huesos largos y somnolientos.
¡Pero tú! …la sombra de un muerto no perece en el olvido, deambula en los callejones de las almas.
Echa a volar, despliega tus versos, sigue la ruta que nos lleva al vientre del mundo y crea, crea la más bella de las letras… que no te detengan las humanas musas, siempre egoístas, siempre lastimeras.
Echa a volar tus letras a las regiones arcaicas de la humanidad, donde el brío de la existencia es sólo el mito del humano, donde la feminidad es una suerte etérea y no un atisbo de sexualidad.
Huye del nido materno, ésta naturaleza nos traiciona… nos da plumas pero no vuelos, nos da placeres pero no espíritu, nos da alimento pero no nos nutre, huye de la constipación mental de los humanos, has de saber que hay humanos virulentos, hombres, mujeres que solo han recibido del mundo una existencia compungida y van vomitando insatisfacciones, que infectan el hálito de los demás… no te dejes Ícaro enfermar… no tú, tu ya tienes alas.
Ícaro que vuelas en alas de tu emoción…
busca la musa que reposa en el núcleo de tu existencia y explota en el cosmos infinito, inalcanzable, sobrepasando el tiempo… has que tus letras corran hacia lo insuperable, que no se queden deambulando entre la gente, la gente ¡Ícaro! con costos camina… hay letras en las que es menester despegar los pies del suelo y son las que se leen con el alma.