El amor y la razón
se ponen a discutir,
ella dice que sufrir
por perder una ilusión
obligará al corazón
a que deje de latir
y que no debe morir
por ninguna decepción
porque siempre habrá ocasión
para volverlo a sentir.
Y le replica el amor:
yo seré principio y fin,
soy el tierno querubín
que al mundo le da esplendor
sin mí sería peor:
la vida sería ruin,
hago al humano vivir
los sueños más exquisitos
y siempre seré bendito
mientras yo pueda existir:
Escuchaba la paciencia
con mucha serenidad
dijo en los dos hay verdad
y por mi gran experiencia
seria negra la existencia
sin fuego que el amor da,
más el discernimiento esta
para tener escogencia:
llorar por la terquedad
o buscar otra querencia.
Autor: Aníbal Rodríguez.