.Luz del alba.

Anhelado reencuentro

Entre un gran gentío de voces,

alcé la vista sólo un instante

y tus ojos cayeron sobre mi alma

como las hojas de los árboles

en medio de un efímero otoño,

lentos y suaves,

acariciando por completo

mi triste corazón desolado.

Mas, de alegría se llenó mi vida,

cuando la luz de tu mirar

se posó sobre mis ojos,

y en ese momento lo dijiste

todo con un silencio

que no podría compararse

con el fragor de las palabras.

Si de verdad me quieres,

deja que el silencio hable.

Pero tú, no digas nada,

amor.

Solo escucha y sabrás

todo lo que he callado

durante este tiempo.

Un leve susurro

semejante al rumor de las olas

abrazó mis oídos

que se prestaron atentos

a tus calladas palabras.

Y en ese momento nos

perdimos en el suburbio

de nuestros anhelados besos,

pero logramos encontrarnos de nuevo

en un parpadeo para poder ver

nuestros rostros,

y después dejar que nos perdiéramos

otra vez en la viajera brisa de nuestros labios.

Y entre un gran gentío de voces,

alcé la vista solamente un instante,

y te encontré a ti, dulce y eterno amor,

mi único amor.