Norberto Molina Guerrero

EL SILENCIO DE UN AMOR

(Para la mujer más hermosa entre las hermosas…eres tú dulce princesa)

 

Cerca de un manantial,  cristalino y sereno,  en el cual se refleja el cielo;  estaba un caracol que siempre había soñado con acariciar aquella rosa,  majestuosa y bella,  que se lograba observar en la cima de una peña,  sabía aquel caracol que era arriesgado intentar subir pero decidió hacerlo…  conciente del gran esfuerzo que  ello representaba pero impulsado con una felicidad que lo embargaba.

 

Mi corazón se ha ilusionado,

Sucedió mientras contemplaba tus hermosos ojos…

Empecé a suspirar,

Sin cansarme nunca,

Como cuando se contempla la luna en todo su esplendor…

Tan especiales…

Tan tiernos…

Tan profundos.

 

Después de pasar mucho rato subiendo aquella peña,  las nubes se oscurecieron y empezó a caer una lluvia torrentosa,  los fuertes vientos trataban de arrastrar aquel caracol,  que aferrado a sueño,  permanecía firme,  y que a pesar de las circunstancias continuaba su marcha.

 

En cuanto a mi corazón, solo se limitaba en deleitarse…  mirando con atención tu rostro,  sería difícil para mis labios expresar estos sentimientos,  que si bien no podía escucharse,  era posible sentirlo…  palparlo…

En cada respiración…

En cada tacto…

En cada pensamiento.

 

Al atardecer;  a pesar de estar herido y un poco cansado,  aquel caracol había logrado subir la peña,  era una escena maravillosa,  aquella hermosa rosa,  majestuosa y bella,  estaba cerca para poder acariciarla…  por fin,  había logrado tan sublime sueño.

 

Mi mundo parecía transformarse cuando escuché el murmullo de una bella melodía…  era el sonido de tu voz…bella princesa,  que al oírlo,  mi corazón empezó a llenarse de un universo de preguntas…  con un deseo supremo de permanecer horas enteras en seguir escuchando más palabras de esos bellos poemas…

¿Y tú?...

Todo se había convertido en un simple gesto…

Ha sido suficiente…

Para que mi corazón siga viviendo esta ilusión…

En el silencio del amor.