Marah

El cóndor de la cumbre

Aguza el cóndor la visión y alcanza

la cumbre que procesa el alimento

comprende cuán utópico es su asiento

en el árbol que teje la esperanza.

 

Aunque lejos pretende un solo grano

y demanda con sórdido zollipo:

“¡Tengo hambre mundial y me destripo

no quiero más las plumas del humano,

 

ni quiero ser carroña en mano tiesa!

¡Cuando un rebelde su dolor confiesa

no se come el bistec del rocinante!

 

¡Yo quiero mi banquete semejante

al plato que cocinan los señores

para un mundo cabal…de soñadores!”

 

 

 Soneto parnasiano: ABBA-CDDC…Los seis versos de los tercetos riman pareados.

rocinante: rocín matalón.