Samuel Santana

Mi mundo

No quiero dialogar con hombres

que no amen el silencio y

las pausas de los vuelos.

No quiero tratar con un corazón

que no huela a flores,

a olas viajeras,

a polvo solitario y

a noches de suspiros.

No quiero ir por senderos

donde encuentre huellas de farsantes y

de explotadores de pueblos.

No quiero una cama donde

a mi triste alma, sin sonroja alguna,

la priven de soñar.

No quiero montañas donde

no silbe el viento,

hayan podridas hojas,

pesada frialdad,

trinar de plumas y

olor fresco a nubes grises.

No quiero estar donde

las gentes corran desesperadas

tras lo inocuo, lo vano y material.

Cerca de mí no quiero

un alma presa de soberbia

y por entero entregada

a mordida petulancia infernal y fugaz.

Tampoco quiero morir

con una muerte que ande

buscando a vivos entre puertos sin anclas

y entre un lúgubre y olvidado arrabal.