Raúl Daniel

Después los veo…

Después los veo…

 

Porque mis sueños valen,

porque quiero darme la oportunidad de ser,

porqué la vida no es sólo tener,

porque de los que entran a la droga, pocos salen,

gracias, no quiero, paso,

no beberé de ese vaso...

tengo mejores cosas que hacer.

 

No voy a quemar mis cartuchos para nada,

quiero acertar en el blanco de la vida,

soportaré sin sedantes las heridas

(no voy a ser el primero en recibirlas),

aprenderé, mis sueños valen la pena,

no voy a hipotecarlos, mejor esperar

y trabajar para lograrlos.

 

Perdón, amigos, voy a dejarlos,

no me convienen sus compañías,

yo aspiro a algo más que la moda,

tengo razones, y son montones,

larga es la lista de mis valores,

amo a mis padres y los respeto

y, aunque imperfectos,

no es mi deseo el enojarlos

o disgustarlos, ellos me apoyan,

son mi respaldo.

 

Compañeros, compañeras, agradezco

que me hayan invitado a esta fiesta,

donde reina la alegría y la belleza,

y hasta ahora he consumido los refrescos

y bailado y comido, compartiendo

ese mundo juvenil en que vivimos.

 

Pero veo que ya empiezan los licores

a correr, y aún cosas peores

me proponen y presionan (pues me niego);

gracias, paso, así no quiero,

no beberé este vaso...

voy a dejarlos, después los veo.

 

No les niego que me duele que se burlen

pero espero que comprendan,

no comparto sus ideas...

¡tengo una hermosa vida que me espera!

Y sí, es corta, les acepto, pero más corta sería

con la droga, el tabaco,

alcoholismo o el Sida...

 

No voy a arruinar

por una noche de pretendido placer

y fáciles emociones

mis planes y mis ideales...

y de todas las razones,

la principal es:

¡porqué mis sueños valen!