Cargué demasiado peso,
obligaciones anticipadas
matando sueños infantiles,
no conocí la libertad,
esta pasó de largo
haciendo caso omiso de mis ilusiones..
Nunca fui libre,
mi pecho suspiraba por deberes,
por conseguir el pan nuestro de cada día,
mi corazón latió al ritmo de la necesidad,
mi vista volteaba a donde mi razón no aceptaba..
Por momentos, como entre penumbras distinguí
esas alas, con las que burlona me veía,
alguna vez intenté correr detrás de ella,
pero no pude, no se si fui cobarde
o la razón me decía que no era para mi..
Después descubrí, que la libertad
no era parte de mi dieta,
era demasiado cara..
Caminé por donde tenía que caminar,
desconociendo derechos,
vacío de afectos,
sin una palabra de aliento,
solo cumpliendo...
Nunca me sentí libre,
hasta que el destino maldito
destrozó mi vida,
mató mis ilusiones,
y me hizo pedazos,
dejándome un hueco en el pecho
por donde un día se asomó divertida
invitándome a cabalgar con ella..
No le pude decir que no
estaba demasiado débil,
demasiado golpeado,
ocupado de afectos y fue mi única opción..
Probé y fue mi error, ¿o una bendición?
Solo sé que nunca mas dejé que se fuera..
Hoy somos inseparables mi libertad y yo,
hasta la bauticé como... !Me vale madre todo!..
UN POETA LÍRICO
Agil 07/22/2016