Marah

El pensador cubano

Hoy mi talla será jiquí cubano:

para sacar al pensador severo

que sólo piensa, evoca…un Sol lejano,

sus ideas consume por entero.

 

Ya sin lengua conversa con la mano

y se excusa por no tener dinero

para pagar mi arte de artesano,

mas, me pide entre risas, un sombrero.

 

Después con sus ojazos pide trigo,

manzana, uva, dáctil y cereza,

con el mejor empeño lo consigo

 

y le pongo el frutero en la cabeza.

¡Ay, me impiden poner en el  ombligo

la trompa que declara la riqueza!