Leonor Cuevas Martín

La borrachera

Con el sentido perdido aun sin quererlo

y con la vista en perfectas condiciones,

las imágenes que el cerebro  devuelve

no son reflejo fiel de las situaciones.

 

Esa euforia que produce el alcohol,

que te evade y que te aparta del momento

solo cambia los agobios que conoces

por un placer que de penas no está exento.

 

Pues, a veces, quien se emborracha por reír

acaba llorando bastante compungido

y el que quisiera olvidarse de sus problemas

puede encontrar el hospital como destino.