Samuel Santana

Lo peor del mundo

En la hora de los comienzos

 yo practico la voracidad de la luz

 con carne de cañones ahumados.

Tú te puedes enterar de mis atardeceres

 por la voz elocuente de la cigarra.

Con sus pies de penacho asustado,

fuma el anciano a la entrada 

 de la triste ciudad.

De los tres incendios acaecidos

 por el arroyo,

sólo las plumas izquierdas del avestruz

 quedaron intactas.

Yo vi la ranura de una puerta

 que se espantó la madruga

del invierno cuando los asaltantes

 sorprendieron al pueblo con los

 arcabuces enrostrados.

Las relaciones bilaterales de dos

caminos sin comienzos fue lo que

dio el argumento magistral a los

 pensadores del mañana.

Y el amilanamiento de los

revolucionarios fue la causa del

 destemplamiento social.

Todo el mundo vio el vuelo equivocado

de los rastrillos la noche en que

 los capitalistas se arrimaron a los

 puertos cargados del tesoro pillado.

El hedor de diez perros muertos es

más tolerable que la boca de un corrupto.

Robarse el dinero de los pobres,

es peor que vomitar la hostia en el atrio.

Triste ver las paredes de un panteón

de héroes llenas de mugre y

de huevos de alacranes.

Hasta los azahares se alimentaron

de luz el día que al trono

 ascendió el hombre íntegro y

 sembrador de flores primaverales.