Moisés Sánchez

A ella

Cuando la pienso y la miro en mi recuerdo entiendo claro el como fui cayendo entre sus brazos,
como fui encontrando la felicidad a cada paso,
vivía el sueño que jamás había inventado junto a la persona que yo siempre había anhelado;
entonces intente besarla aun con todo y riesgo de ser ignorado,
fue grande mi placer al ver que lo había logrado, le confieso,
mi corazón estaba embobado al perderse en esos ojos donde nunca se vio reflejado y más algarabía pude sentir cuando su alma se reencontró en la mía,
pude abrazarla y mi emoción no se describía por más que lo intentará no lo comprendía;
paso el tiempo y mi alegría continuaba,
vivía esperando el día de volver a mirarla y poder dejarle claro cuanto me encantaba;
le regale unas flores esperando que le agradaran,
y su alegría fue tanta que hasta contagiaba, el mejor brillo venia de sus ojos,
se emociono tanto que mordía su rebozo;
con el corazón en la mano siento que vivo en un mundo por mi creado,
uno en donde la mujer perfecta viene con el pelo alborotado,
con la rumba en la sangre y con mi corazón en sus manos...