MANOLO TUA

MONTAÑAS SANAREÑAS

 

recóndito lugar, sendero de mi infancia

Donde el cielo parece detenerse

Y quedarse con el olor de montaña

Para sufragar en sus veredas

Las lisonjeras esperanzas

Escondiendo la luz de sus estrellas

Con el esplendor de añoranzas

Como si su coqueteo pretendiera

Sembrarse en el seno de sus entrañas

Confundiéndose con la tenue niebla

Que sus caminos de verdor engalanan

Con un ambiente de eterna primavera

Ofreciendo en sus muchas quebradas

Lágrimas que surgen de su recóndita tierra

Para con humilde ternura a todos ofrecerla

Y que señorialmente en su encanto reserva

Protegidos por ondinas y nereida

Y los gnomos y pigmeos que guardan la tierra

Entre los silfos y sil finas de su sierra

Celando el misterio que su interior encierra