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Historia de amor.

Vi tus ojos transparentes,
Oportunos, penetrantes,
Me enamore sin quererlo,
Tu ya pertenecías a otro,
Pero tu mirada era mía,
Sabía que me pertenecía.

Desde que apareciste,
Mi vida cambio,
Mi mundo giraba a tu alrededor,
Te convertiste en mi universo,
Mi pensar era siempre permanecía a ti,
Mi corazón estaba encadenado a ti.

Nuestros caminos terminaban
En el mismo lugar.
El destino y los espíritus,
Conocían nuestro sentir,
Tu me amabas desde antes,
Yo era tuyo sin saberlo.

No importaba que fueras de otro,
Porque tu amor me era fiel,
No conocía tu nombre,
Pero tu alma se reconocía con la mía,
Era fuerte la presión de unir nuestros cuerpos,
Hervir en pasión, explotar en un encuentro.

La serenidad de tu ver era arte,
El color de tu piel chocolate,
Tostada como el más fino cacao,
Tu cabello rizado alborotado un encanto,
Eras perfecta por donde te viera,
Lo más importante encajabas en mi rompecabezas.

Recorrías mi cuerpo con tu mirada,
Lo sentía a la distancia,
Me estremecía por sentir tus caricias,
Anhelaba explorar tus caderas,
Que me tocaras hasta el fondo,
Que sintieras lo bueno y lo malo de mi ser.

El reloj avanzaba a prisa,
Y yo sin ver tu sonrisa de cerca,
Mi mente y corazón estaban en complot,
Solo existías tu, te encontraba en cualquier lugar,
Pero era triste el no poderte tocar,
No sentir el latir de tu vivir.

Cada estación que pasaba me alegraba,
Pensaba que así más rápido te tendría.
Otoño con sus vientos suaves y fríos,
Invierno soñoliento y helado,
Primavera con el retoñar de las flores,
Verano lleno de calor me inundaba en mi pasión.
Así pasaba el tiempo con tu caminar alejado.

El enlace de  nuestro deseo era eterno,
No encontrábamos la forma de vernos,
Sentirnos uno mismo sin miedo,
Crear un lugar donde solo fuéramos dos,
Volando en las galaxias lejanas,
Sin prejuicios ni nadie que nos alejara.

Perdíamos el tiempo en buscar la ocasión,
Era simple dejarlo todo y huir,
Empezar solos en la deriva,
Pero eras india y costumbres tenías,
Yo te quería por lo tanto te comprendía,
Así que con frenesí esperaba el momento,
Ese instante donde los dioses nos dieran el derecho,
La aceptación para juntos ser solo uno.

Era compleja nuestra historia,
Algo más que solo amor,
Éramos todo porque lo sabíamos,
Con el poder de nuestros sentimientos,
Nos queríamos a nuestra manera,
Tan cerca, tan lejos, pero juntos.

Llego el preciado día,
Lento con fuego nos tocamos,
Nos reconocimos nuestros cuerpos,
Besando cada recoveco,
Sintiendo el acelerar de nuestros corazones,
Vibramos fuerte al sentirnos,
Cada parte de nuestro ser lo necesitaba,
Tus dedos me rozaban la espalda,
Yo repetía círculos en la tuya,
Mi bonita tanto nos amábamos,
Ansiábamos que el tiempo se detuviera,
Que nos dejara solos en esta tierra,
El coito unió mar, tierra y todo lo que somos,
Fuimos, somos y seremos siempre una historia de amor.