Marcos Adrian Sitz

Demasiada luz

 

Esta intensidad quema.

 

Quema las entrañas,

desde el esternón

hasta los huesos.

 

Quema las venas

donde fluye sin parar.

 

Quema las sienes,

y quema el corazón.

 

Quema la vida,

o la vida se quema con ella.

 

Esta intensidad mueve los océanos

y genera mareas en el mar del alma.

Esta intensidad me llena de silencios,

y los silencios se me pegan,

tal vez para callarme.

 

Esta intensidad, es parte de mi ser,

que es fuego y aire en movimiento.

 

E intento dominarla,

o tal vez negociar una tregua.

Pero es cómo dominar un un volcán,

o un huracán de fuego en el pecho.

 

Y me doy cuenta que soy luz,

y que demasiada luz también quema.

Pero la luz es también fuente de la vida,

de las flores, del arco iris,

del amor puro y verdadero.

 

Y es ahí cuando entiendo,

o tal vez me quiera convencer a mi mismo,

que solo el amor puede curarme.