Jose Luis Posa Lozano

A LOS SICARIOS DE LAS BLANCAS BATAS

No quiero que la rabia me envenene
no quiero que su pócima me corroa el alma
me emponzoñe el cuerpo
me amargue la vida
no quiero que su vómito infecto
me impida degustar tu vino
paladear tus mieles
saborear tu cuerpo.

No quiero que el odio me contagie
que me infecte la sangre
con su podredumbre,
que me robe la luz de los ojos
la paz de mi tiempo
la inocencia que aun conservo.

Por eso paso de largo por sus cubiles
y contengo el aliento,
para no respirar sus fétidos efluvios,
para no soportar sus discursos rancios,
sus palabras huecas,
sus sentencias fieras.

Podrán juzgarme, condenarme y despreciarme,
podrán arrojarme a patadas del banquete,
pero no conseguirán que les odie ni me amargue
soy mejor que todos ellos, soy humano.