Bianca Campanini

Náusea y mareo

Si mastico la poesía como antibiótico,

es para batallar contra las bacterias del olvido

Olvido las palabras y los hechos.

Consumo poesía y como antibiótico

debo secuenciarla, ordenarla 

y alarmarme.

-por una semana, cada doce horas-.

Esperar la estrategia, para dar con el tiro.

 

En la lucha, 

se me caen algunos soldados,

que se resignan ante lo desértico

amurallado.

En la arena deslizo, hasta que como palabra

llega el hálito frío

que canta victoria entre tanta náusea

y mareo.