Rafael Rec

MORIR POR EL OLVIDO

 

“El olvido está tan lleno de memoria
que a veces no caben las remembranzas
y hay que tirar rencores por la borda”

MARIO BENEDETTI

Morir lentamente en la memoria de alguien vivo, ser objeto de un desahucio inevitable y doloroso,

renunciar al tan mundano anhelo de trascender, mirar atrás y contemplar el mar sereno, pero profundo y acechante…

y de ese mar estar cautivo.

 

Morir despacio en una historia que nadie ha escrito,  dejar que esa historia se reescriba sin contexto

porque es eterna pero breve y sin final ni cierre…

morir en la memoria de alguien y no saber a ciencia cierta

si de verdad ya no le vives o te mata sin pretexto.

 

Morir a la distancia como se muere en una guerra despiadada,

en la llanura que se incendia con recuerdos que te abrasan,

en la memoria de quien te observa de reojo… morir con la mirada que te arroja hacia el vacío,

hacia la nada de ser polvo y nada más y ya más nada.

 

Morir en la memoria de alguien que mantienes vivo,  como muere el sol que llega al horizonte por la tarde,

pero renace victorioso y sin dudarlo con el alba,

porque así es como resurge  la esperanza  cuando absuelve a los recuerdos

y los redime y los reactiva en nuestras almas.

 

Morir cuando en quien mueres vive siempre en tus recuerdos, porque el recuerdo te confirma que no olvidas,

sólo pones en su sitio lo que queda y dibujas un esbozo de nostalgia

que exacerba a tu memoria… a tu memoria mercenaria.

 

Morir en la memoria de alguien que te sabe vivo, pedir perdón

y perdonar lo padecido,

ese es el reto de vivir muriendo en la condena del olvido

o de olvidar que vives

porque mueres

pero

sigues

vivo.

 

 Derechos Reservados de Autor  ® Rafael Rendón Contreras   SafeCreative.org

Código de registro: 1607238434349     Fecha de registro : 23-jul-2016 1:57 UTC