Raúl Daniel

Cópula

 Cópula

 

Una vez más navego con mi boca tu mapa astral,

y en la tuya, árbol frutal,

la cascada que brota (tu argentina[1] voz)

logra mis ansias lavar...

 

Desnuda el cielo verde de tus ojos

su galaxia...

 

La vida ruge en tus entrañas

pidiendo ser vivida,

las montañas de tus senos me convidan

a escalarlas...

 

Recorro tu mar y en cada isla me detengo,

en tus valles siempre hallo arroyos nuevos

y en los mismos árboles, frutas más altas

que morderlas quiero...

 

Subo y bajo... voy y vengo...

explorador inagotable del amor,

bogando en la encrucijada de tu terso cuello,

deleitado en el suave mecer de tu océano...

¡No hay belleza, tu juventud es lo bello!,

tú pasarás, pero no el recuerdo... (será eterno).

 

Explorador y explorada...

una sola cosa en realidad:

Horizonte en que se juntan los deseos

de la tierra con los sueños del cielo.

 

Cuando te marches no faltarás,

te hallaré en otra, otra serás...

estarás en otro cuerpo...

 

El canto de sirena se oirá igual...

el silbido de la nave remota...

el graznido de las gaviotas...

y el entrecortado jadear.

 

 

[1] Argentina: de plata, no en el sentido de nacionalidad.