Marah

Olvida los agravios

Estaba entre tus brazos la joven seductora

sentí como estallar mis íntimos latidos,

qué sata te besaba, coqueta, muy reidora,

requiebros que dejaron muy rotos mis sentidos.

 

Y pese a los agravios mi mente todo ignora:

aquellos resbalones, aquellos relamidos,

más late en mis entrañas la sabia de tu flora

y el ansia de tus ojos de verse bienqueridos.

 

No dejes que se pierdan los climas más sensuales:

mi cielo candoroso, la flor de tus vergeles,

la lluvia de arcoíris de tan bellas postales.

 

¡No dejes que se pierda la miel de nuestras pieles:

 mi lecho es un panal de pámpanos  reales…

con todo mi alfeñique yo quiero que te amieles!