Metaego

¡Rueda, levedad!

Se repiten los patrones conocidos

eterno retorno, vuelta a empezar

como el mar

de nuevo frente a mí...

y sobre la mesa una cerveza

y junto a ella un libro de aquel autor

en la cabeza follada

el círculo mágico del idilio

desvaneciéndose

entre la levedad que habita el delirio.