Vuelve la palabra a buscarme,
Sin saber qué habrá de por medio.
Llevaba tres otoños sin encontrarla,
a sabiendas de que no la quería,
De que no me daría; obviada
Como se ignora a una querida.
La insensibilidad me daba felicidad;
Pero...¿Qué felicidad?
Qué felicidad es vivir sin comerse los adentros, sin buscarse, sin crear,
Sin adornar, sin expresarse,
Sin verse en un espejo...
Pues cualquiera mejor que aquella pesadumbre llena de palabra.
Palabra o tristeza, tristeza de titanes,
Tristeza que te hunde, de la que si sales es una resurrección más.
Pero ahora soy yo quien te busca,
Soy yo quien busca tu respuesta.
Te llené de sentido;
Derrama el tuyo sobre mi vacío