YO CLAUDIO

PAÑUELO BLANCO

Como puedo decirte, 

que mi cuerpo cansado

y adolorido, no tienen la fuerza

para caminar en este corto camino

que mis pasos son lentos y pausado,

que ya no esta ese animo

para el salto, para el correr como el chita

en la selva tras el venado,

mi corazón se agita,

mi alma se ahoga, mis pulmones ya no 

responden al aire que respiro, 

el pasar de los años

me miran con cautela

y la sombra que sigue mis pasos

me lleva tomado de la mano,

porque mi bastón viejo y apolillado

ya no me acompaña como en los

primeros años,

cuando aun todavía era un muchacho.

Me preguntas, ¿que si estoy cansado?

mis ojos lo dicen todo, lágrimas escondidas

que brotan, por este cuerpo desahuciado.

Cada ves que puedo me miro al espejo,

y me contesto siempre la misma pregunta,

puchás que estas viejo.

Me vuelvo a mi mecedora,

y tu siempre a mi lado, mi pequeño niño

mi pequeño nieto,

que me tomas de la mano

para que te cuente un cuento 

de esos, de esos cuentos de antaño.

Sacas de tu bolsillo tu pañuelo blanco

secas mis lágrimas y preguntas,

estas llorando, ¿porque?,

solo son recuerdos mi niño,

recuerdos de aquellos años 

en que junto a los amigos 

corríamos tras la pelota 

en canchas de tierra y mama, 

nos retaba por quedar todos cochinós.

Calladíto  le digo al oído

con palabras entre cortadas,

dile a mamí que me de un té 

y mis remedios, que ya es hora

de irme a dormir, que descancés 

abuelo, mañana, nos volveremos a ver?

claro que si muchacho, claro que si.