Luis G Rebolledo

Un Angel de Luz.

Sigiloso es el vuelo de las gaviotas bajo el cielo azul. Ausente son tus huellas en la arena blanca de la playa, que cubierta de espuma fresca te consagras de perfumes toda la piel con aroma de mujer.

Cuando en un soplido de espantos y gemidos le sucumben por todas parte más de un recuerdo que le embriagan de nostalgia, invadiendo la llegada radiante de la aurora.

Oculto a quedado el pensamiento de el regreso frustrado. Mientras las miradas se pierden sobre el horizonte, desesperado es el momento que aumenta las ansias. Eternamente queda seducida de amor.

Por un momento te aquietas y sueñas servitando el largo camino del peregrinaje, tanto inerte quedan los cuerpos como sombras en la oscuridad, tras el impetuoso espectáculo visto. Volviendo los gestos hacia el Angel caído para luego ser tentado por la suerte y en un descuido desesperado sucede que un abrazo sostiene de pie como piedras ancladas en la arena.

Sin inmortalizar sus fuerzas y en un sollozo de motivos se abren sus alas y un suave viento es sorprendido el nuevo vuelo de esperanzas que va dejando el aposento tibio de pasión. Ahora solo queda esperar el milagro.

LUIGY